jueves, 22 de noviembre de 2012

Gestiones

Debo ser muy lenta en hacer gestiones, porque llevo casi tres semanas aquí y ahí sigo, "empezando" a organizarme la vida. Claro que aun me quedan más de cinco meses por delante y, hombre, eso da cierta tranquilidad! Pero aun no he hecho una visita turística como Dios manda porque, entre las horas a las que salgo del trabajo y que el pasado fin de semana no estuve aquí  no ha habido manera. Así cuando enseñe la ciudad a mis visitas me tendré que inventar algún rollo patatero, no creo que luego lo contrasten en google.
Por el momento he decidido hacer un curso de alemán, ese idioma que tan poco me ha atraído siempre y que tan complicado es. He debido preguntar ya en todas las academias de idiomas de la ciudad, incluida la escuela oficial de idiomas donde ayer llegué a las 19.01 (que miré el reloj) y dos funcionarias que estaban de palique y muy bordes me echaron allí de malas maneras y cuando les dije que el chico de abajo me había dicho que subiera me dijeron que era una mentirosa y que no había ningún chico... el globo que me agarré no tiene nombre. Es un gustazo poder meterse con la madre de alguien en español en la cara de la gente sin que se enteren. Amos hombre, a MI! Prefiero a las españolas que pasan de ti o te insultan, pero no las que te empujan de muy malas maneras y te dicen que te lo estás inventando todo.
Es curioso porque he observado que aqui la gente no se habla para pedirse permiso: cuando llegas a tu estación de metro, en Madrid la gente normal (porque luego hay mucho que ha perdido las formas) te dice "perdone, va a salir?". Aquí no, aquí la gente no se habla, se quedan en su sitio, aunque sea al final del tren hasta que se abren las puertas de la estación y luego empiezan a empujar, y no entra nadie hasta que salen todos. En mi opinión eso retrasa bastante la bajada y subida de viajeros, porque claro, tienes que empezar a hacer psicoanálisis mirando a la cara (o a la coleta) a tus compañeros de viaje, escrutarlos y hacerte una auto-porra mental ("tres a uno a que esta tiene cara de que sale pero se queda en medio del vagón en el último momento"). El otro dia un chico me empujó el bolso hacia mi porque consideró que estaba entorpeciendo el paso, que digo yo que habría sido másmejor decirme "señorita, ¿Puede recoger vd. su bolso?" Pero claro olvido que no le habría entendido así que esta forma maleducada de actuar a mi me resulta la mar de práctica!
Así que al final he seguido el consejo de mi amiga Amalia: Alemán, ¿Pa que? ¿Para estarme dos o tres días por semana dándome la paliza de 8 horas seguidas de trabajar (porque paran solo media hora a comer la bazofia de la comida de la Cantina) y luego meterme 3 horas de clase? Que no. Que se trata de disfrutar. Y total, para alcanzar cierto nivel de alemán necesitaría cinco meses... Y tampoco son baratas las clases, así que la balanza se ha decantado por NEIN. Otra cosa buscaré. Acepto sugerencias.
En mi casita todo bien menos la calefacción. No funciona muy allá en el salón, así que le he dado la vara a mi casero porque si no me lo arreglan, chungo lo llevo los tres próximos meses. Esta semana ha empezado el frío de verdad y lleva levantándose nublado toda la semana, pero es una niebla espesa que no se va a la hora, como la niebla de Madrid sino que aguanta ahí dando por saco todo el día. Ayer por la tarde decidió marcharse y dejarme ver un poquito de sol,Vitamina B!!! (o era la C?)
Y en la oficina, reconozco que fenomenal. La gente es muy maja y agradable conmigo aunque entiendo que debe molestarles el tener que estar hablándome todo el tiempo en inglés (bueno, con un par de compañeras, en castellano, lo cual me deja respirar un poco porque intentar explicar las cosas de trabajo en inglés, uf, me suelo aturullar). Hoy mi jefe me ha pedido si pudiera explicarles el sistema judicial y legal español. En inglés. Chupao. Solo tengo que desempolvar mis apuntes de procesal de tercero de carrera y los de constitucional de primero, traducirlos al inglés con el google translator y "voilá". Tu pide por esa boquita...
En fin, afortunadamente no me ha puesto fecha, pero tendré que ir pensando en cómo enfocarlo.
Y luego por algún desconocido motivo me han puesto una pantalla de ordenador que es más grande que la LCD de mi casa (para los de la ESO: la pantalla de la tele plana) y un teléfono IP que puede activar el envío de misiles a Rusia. Según el técnico, es un modelo solamente disponible para directores. Pero nadie entiende por qué me han puesto ese modelo. Lo mejor de todo es que lo he configurado en castellano pero, aún así no sé usarlo, debe ser ese el motivo por el que es un modelo solo para directivos.

martes, 13 de noviembre de 2012

Inexplicables por qués

Tal vez porque hoy ha sido (y sigue siendo) martes 13 me he fijado algo más en cosas que no me gustan que en las que me gustan. Y no por ser negativa sino porque no les encuentro significado.
Para empezar: por qué hacen sábanas de lycra. Aceptamos la ropa interior de lycra como algo aceptado socialmente. Pero señores, tener sábanas de lycra es una auténtica guarrerida alemana. Tampoco entiendo por qué mi casera ha traído sábanas más pequeñas que mi colchón, creo que hoy me tocará dormir en un rinconcito.
Pero todo ello porque hoy he puesto mi primera lavadora. Sí, en la lavadora común del sótano. Llevaba varios días preparando el evento, aprovisionándome de monedas de 50 céntimos para la lavadora y otra para la secadora. Pero cuando he llegado y he visto la lavadora se me han olvidado los programas que mi casera me dijo que pusiera. Total que he bajado en varias ocasiones para ver cómo iba aquello... y nada. Eso ha salido igual de sucio que había entrado. Al final le he hecho tres fotos a los cuadros de la lavadora y la secadora para hacer la traducción simultánea del google y claro, es cuando he visto que le he metido el prelavado y el centrifugado pero el "lavado" no. Así que mañana me tocará el segundo intento. Dejo a modo de prueba el bello collage que acabo de hacer autoexplicativo - el googletranslator en alemán, todo sea dicho, también se las trae-
Luego llevo varios días o más bien desde que vine, limpiando la casa... PERO, no he fregado aún el suelo de la cocina ¿por? pues porque aquél invento español maravilloso denominado "fregona", lo desconocen. El chupachups no (ya sabéis que los españoles lo arreglamos todo poniéndole a las cosas un palito) pero la fregona Nein. Ahora mismo le estoy mandando un correo a un español que vive en Alemania para preguntarle como leches friegan el suelo aqui porque ya he repasado varios super y droguerias sin encontrar un atisbo de fregona. Manda narices porque si no encuentro una en breve, me la traeré en la siguiente maleta que traiga de Madrid y sería la mar de triste porque lo otro que echo en falta es el pela-ajos y el rascador de la vitro, cosas imprescindibles en mi vida. To be continued...

Hay otras cosas que me gustan menos como por ejemplo, la insistencia y reiteración de la siguiente conversación (en inglés):  A: ¿y por cuanto tiempo vienes? B: Pues por seis meses A: Pues Munich es mucho más bonito y agradable en Primavera B: ya, pero qué le voy a hacer A: Es que en invierno es horrible (pausa) ¿Sabes esquiar? B: No A: (Cara de pena en plan queporrasvasahaceraquiseismeses) Schuß. Pues bien, la precedente conversación, con todos sus elementos incluidos y sin faltar ni uno solo la he debido tener ya cerca de seis o siete veces desde que vine. Que si, coññññeee, que ya sé que Munich es más bonito en primavera... Y Madrid, y Paris, y Cuenca, y Villaconejos... Pero que no he sido yo quien ha dicho "me voy a tragar todo el invierno en Munich y luego en primavera que sus zurzan". En concreto la secre de mi jefe hoy me lo ha soltado tres veces: Pues en Primavera se puede hacer tal o cual, pues a ver si te acostumbras al cielo gris porque el cielo azul lo vas a ver poco, pues en invierno esta ciudad es un asco, pues el metro no es necesario cogerlo en primavera... A ver. Que si. Que vale. Que estamos de acuerdo. Pero YA.

Otra de las cosas inexplicables: Ayer vino la tipa de la reallocation agency, vamos, la agencia "criada" pagada por Telefónica para que se encarguen de toda la burocracia de mi traslado, como la inscripción en el registro como ciudadano de Munich (si no, no cuentas para ellos en ningún sentido) o el pago de impuestos. Bien, pues ayer me informaron de que los alemanes, todos, pagan el Church Tax, o lo que viene siendo el impuesto de la confesión religiosa procedente (Protestante o Católica). Si no pagas el impuesto, luego no tienes derecho a ir a disfrutar de las bondades de la iglesia correspondiente, tales como enterrarte en un cementerio católico o protestante si palmas. No sólo me debí quedar tan boquiabierta que directamente la señora escribió algo en el papel (¿ateorra?) y se fue, sino que cuando se lo comenté a mi compañera Christine, ella fue la que se sorprendió de que en España no lo hiciéramos así  Tuvimos un interesante debate de cómo se financia la iglesia en España pero no conseguí cerrar su boca.

Y luego está mi compañero checo que, ayer durante la comida, mientras mi jefe me decía (como no podía ser de otra forma) lo mucho que le gusta la comida española y lo buena y variada que es, estuvo callado y al final suelta: "pues la comida española es muy aceitosa, puag". "Claro querido, es que la comida checa es conocida allovertheworld, la famosa ...mmm.... espera que ahora no me viene a la cabeza, con lo conocida que es". Un punto para el primero que me diga un plato típico checo sin mirar en google y sin haber viajado alli.

sábado, 10 de noviembre de 2012

reulunch

Una de las cosas que más me vino a sorprender esta semana de las muchas que he visto en la oficina y que no vienen a cuento por no aburrir al personal, fue la reunión de dirección quincenal que organiza mi jefe con todo su equipo. Era una reunión como otra cualquiera a la que yo haya podido asistir con mis compañeros en Madrid. La diferencia estribaba en que mientras estábamos reunidos comíamos brastwurst y salchichas muniquesas, y bebíamos weissbier (sin alcohol), obatzer y demás. Cuando me estaba jalando una brastwurst va mi jefe y me pide que me presente, y claro, casi me atraganto. Y luego coge el tío y se pira. Claro, yo les dije el típico discurso inesperado de "ay soy tonta y no sé qué decir" vamos el "estoy encantada de estar aquí, en España hago tal o cual y espero estar muy integrada en breve y no molestaros mucho", y justo cuando estaba terminando, volvió y se quedó algo mosca pensando que mi presentación había sido muy corta, añadiendo que había algo que se había perdido y se encogió de hombros. No sé qué más quería que dijera, así a bote pronto: "mi sobrino Nico acaba de cumplir cuatro años y le han regalado una tortuga moníssssima, mi sobrina Victoria es fan a la par del Dúo Dinámico, Sabina y Shakira y mi sobrino Enrique habla Alemán mejor que yo, sabes?". Pero bueno, eso puedo hacerlo en la presentación que me ha encargado de "visión global del derecho español", para la próxima reunión de dentro de dos semanas, que digo yo, claro, me he sacado la carrera en cinco años pero ¿por qué no? resumámosla en una hora, si total, somos españoles ...". La reunión sirvió para no parar de trabajar ni siquiera a la hora de comer, así que cuando salí de la oficina por la tarde tenía un dolor de cabeza tremendo. ¿Tendrían aspirinas en Bayern?

Estos días he ido del trabajo a casa y de casa al trabajo, prácticamente. El lunes salí con mis compis y luego he ido en varias ocasiones al supermercado, porque claro, aquí el concepto "carrito" no existe pero me pego unos paseos del super a casa que no voy a necesitar gimnasio! Es que vivo en una zona muy mona de casitas blancas alpinas y muy residencial... pero poco práctica. Eso sí, tengo una vinatería debajo de mi casa y tres licorerías, así que si algún dia me atrapa la soledad y la melancolía, para eso sí voy a tener solución. Afortunadamente Kai me acaba de traer su bicicleta que me la presta porque, como bien dice, no le va a dar uso en estos seis meses, así que mejor que me la deje. Y yo opino lo mismo, ya se la cuido yo.

Es curioso que todo el mundo quiere que aprenda alemán. Mi jefe, mis compañeros, la gente con la que tengo reuniones, la cajera del supermercado. Todos. Y no es por nada pero no me apetece un pimiento encerrarme en clase a aprender otro idioma cuando no domino el inglés y a duras penas estoy consiguiendo enterarme de todos los temas de trabajo (de los personales ni te cuento). A parte de que me siento mayor para ponerme otra vez a estudiar y, por otra parte, visto lo agotada que llego a casa (el otro día me quedé K.O. a las 22 de la noche) no sé si me apetece aún menos. En seis meses no es que vaya a avanzar mucho ¿no? Y encima me tengo que pagar yo las clases. Así que por el momento voy a aceptar la oferta de mi madre de coger la colección de "aprenda alemán" que le regalaron con el periódico cuando Franco era trompeta. El idioma no cambia (bueno, tal vez, "qué pasa tron" no sea capaz de decirlo en alemán y me acerque a mi amiga la del super diciendole "¿Vuecencia tiene a bien congraciarme con un kilo de kartoffel?". Pero lo que importa es hacerse entender. Por cierto, al final fue fácil la compra en el súper, nada reseñable, snif.

Hoy he disfrutado de mi primer día libre en Munich. Me he acercado al centro y he descubierto una zapatería en la que ya he picado y otra serie de tiendas. Todo por dejar aquí a mis caseros arreglándome las cosas que estaban estropeadas y trayéndome todo aquello que faltaba. La calefacción del salón sigue sin rular, pero puedo ver la tele-ordenador calentita en mi habitación hasta que lo hagan. Y luego tengo un desagradabilísimo sonido en la casa que no sabemos de donde sale, un piiiiii continuo que me está sacando de mis casillas. Pero me lo solucionarán porque estos son muy honestos y me han dicho que si hecho en falta algo más que lo compre y les pase la factura. Estoy pensando en comprar un sofá rinconera y una vitrina para el salón, tampoco me viene mal un BMW para ocupar la plaza de garaje que tiene el piso, no sé si les parecerá excesivo.

He descubierto que tengo el cuarto de la lavadora y la secadora en el sótano, y que cuesta 0,50 euros lavar y otros 0'50 euros secar. El problema es que las instrucciones vienen en alemán y que aquí el agua es durísima (aunque sabe bien, se usa filtro en una jarra, también lo noto en las manos y en el pelo) así que cuando ponga mi primera lavadora, veremos qué sale de ahí. Tal vez tenga que volver a ir de compras pronto.

Luego he vuelto a Obtenhof porque allí fui a una cena de españoles y entre tanto abrigo, perdí el cinturón del mío y, además, en el metro me dejé un gorrito de lana que me había comprado y que me encantaba. No sé si es que iba más pedo que Alfredo con las dos weissbier que me metí entre pecho y espalda o simplemente andaba despistada. El caso que he vuelto para preguntar por mi cinturón y el sitio estaba cerrado porque solamente lo abren los por las noches. Grr. Pero he podido meterme en un restaurante típico, que parecía financiado por el Imserso, y me he metido un plato de salchichas con chucrut y otra cervecita. Sí, voy a tener que parar pero por el momento tengo que disfrutar!


martes, 6 de noviembre de 2012

Recibimiento

Han pasado tantas cosas en menos de 48 horas que no sabría cómo resumirlas en un único post sin aburrir a nadie! Por lo pronto empecé mi primer día de trabajo llegando media hora tarde de la hora a la que había quedado con mi nuevo jefe. Aún no entiendo cómo fue, me autoconvencí de que me confundí de línea, y esa es la explicación que di, ya que en muchas estaciones varias líneas pasan por el mismo andén; pero es que en mi estación Aidenbachstrasse... solamente hay una línea! y desde luego que era la correcta. No obstante me dejé llevar y me vi en la línea azul sin haber cambiado de tren. ¿Cosas de Meigas? Podeis mirar el plano de metro de Munich para creerme!
El recibimiento fue genial. En mi sitio (esquinazo de la planta 30 de la torre, con unas vistas increibles sobre la ciudad como las de la foto que saqué y donde por la noche se ve iluminado el precioso estadio del Bayern) me esperaba un preciosísimo ramo de flores y una caja de bombones.  Típico, sí, pero inesperado y no menos bonito. Un detallazo. Claro que comparto despacho con tres hombretones y además tengo un jefe, cosa que me resulta extraña rodeada como suelo estar de mujeres en mi puesto habitual. No es mejor ni peor, solo que diferente!
Después de conocer al equipo legal - la mitad de tamaño del que tenemos en España pero cada uno con sus funciones taxativamente definidas, como buenos alemanes ordenados y cuadriculados - y ponerme bastante nerviosa con mis primeras palabras en inglés, me empezaron a meter en reuniones. Zasca! Ayer tres y hoy otras tres. Que gusta una reunión aquí... Tal vez sea porque les mola la herramienta de convocatoria, si no, no se entiende. Hasta llegué a tener convocatoria para bajar a comer... La agenda de mi nuevo correo Outlook parece la del Rey tras el 23F. No solo tenía suficiente tratando de acordarme de los nombres de todos los abogados (ni de coña, sobre todo porque Gerberg o Karsten son nombres inescribibles e impronunciables) y de sus funciones (ja,jajaja, confundí a la jefaza con la secretaria de mi jefe...) sino que me empiezan a mandar temas y contratos antes de tener clave de acceso. Tengo que aprender a decir "bandera roja" en alemán.
Lo peor: a las 12 bajamos a comer. Tengo que obligarme a hacer hambre porque a esas horas como mucho me apetece un picoteo de cualquier cosa de la máquina de vending, pero para nada un platazo de rastwerwurssen o cualquier otro palabro extraño. Todo el mundo come en una de las dos cantinas de la empresa, llenas de auténtica comida.... porqueriosa. Puag! todo cerdo, salsas, y extrañas cosas que no sabría decir qué son. Hasta mi jefe comentó que la presunta comida asiática que nos estábamos jalando no la hacían ni en china.
Espero en un par de semanas mejorar considerablemente mi inglés. Aquí la gente o sabe o no sabe, pero los niveles intermedios de inglés no existen. Deben pensar que menuda paquete soy que me trabo a cada dos por tres... aunque ya me ha dicho Amalia que eso en un par de semanas arreglado y dejaré de trabarme pensando todo el rato "qué mal hablo inglés, qué mal hablo inglés".

Luego mi compañero Kai, el que se va a Madrid en breve a mi puesto, don detallista, organizó una cena para darme la bienvenida a mi y a otro chico checo (Vaslav) que se incorporó un día antes que yo, el viernes pasado y cuya cara de "estoy más perdido que spiderman en un descampado" es bastante descarada. Previamente, al salir del trabajo, tuve que hacer una compra rápida en el Lidl, exactamente igual de cutre que en España y entrándome ganas hasta de comprarme unos calzoncillos térmicos tiraditos de precio, aunque me resistí entrando en razón - el fresco este me tiene un poco p'allá-. Nos fuimos Kai-Olaf, Vaslav, mi compi Pablo, Christine (mi compañera de labores, afortunadamente habla bastante español) y yo a cenar a un pub muy chulo en el centro de Munich donde lo mismo te tomas una copa que una hamburguesa y cantas en un karaoke. Me tomé mis dos primeras weissbier o lo que es lo mismo, cerveza "blanca" o de trigo. Como son tan confiados (aquí se supone que nadie tanga), en vez de tomar nota, lo que hacen es pintar una rayita en el posavasos por cada cerveza que te tomas... Yo me sé de alguna amiga o hermana mia que habría pensado en coger uno de los posavasos limpios que teníamos en la misma mesa y haberlo cambiado después de tres cervezas haciendo una sola marca. Pero yo no, yo soy muy legal y solamente me dedico a pensar en la posibilidad de la ilegalidad :-)

domingo, 4 de noviembre de 2012

Llegada a Munich

Menudo madrugón, a las 5 de la mañana en pie. Y tampoco he dormido mucho que digamos, porque llevo un fin de semana de excesos que al final mi estómago se ha resentido, a parte de que hacía tiempo que no dormía en casa de mis padres y los ruidos de mi hermana llegando y mi padre madrugando me han desvelado bastante.
Encima lloviendo a mares, día gris donde los haya. He tenido suerte - que ya era hora - porque la chica de facturación me ha pedido facturar también la maleta de mano, ya que tienen una restricción de 8 kg de equipaje de mano y yo llevaba 12... asi que mejor, 36 kg de facturación, un exceso de 13 kg que nadie me ha cobrado, qué espléndidos estos alemanes!
El vuelo ha sido corto, tenía a mi lado a una pobre mujer a la que le ha dado un ataque de pánico en cuanto hemos despegado y han empezado las turbulencias. Qué angustia! No le ha dado un infarto de milagro, menos mal que la azafata ha conseguido calmarla... Lo mejor de todo es que cuando hemos aterrizado le ha contado a la azafata que hacía escala en Munich pero que realmente iba a Canadá. Así que al salir las azafatas le han hecho un "Ra Ra Ra, a Canadá llegarás".
Mi compañero Pablo me ha recogido en el aeropuerto y me ha traido a la casita, que es bastante mona, está en un barrio muy residencial lleno de casitas blancas de tres pisos... y un macrogimnasio amarillo y azul horterísima. Vivo en el tercer piso - ático y en todas partes, en el telefonillo, en el buzón y en la puerta de casa ponía en grande "Pilar".
Hacía un día increible, mejor día que en Madrid, hasta me he puesto un abrigo más ligero y me ha sobrado ropa. Hemos pateado todo el centro, tomado un par de jarras de cerveza HB y una pasta de queso típica de Baviera que se llama Obatzda, con un Pretzel. El Englische Garten, uno de los pulmones verdes de la ciudad, estaba increible con los colores del otoño y con los surferos en la vertiente del río Isartor. Me he arrepentido mucho de no haber podido traerme finalmente la cámara de fotos buena, pero en mi próxima visita a Madrid, no faltará.
Y esta tarde la he dedicado a echar una siestecita, deshacer la maleta y la compra que me ha traido Pablo, y darme cuenta de los pequeños fallos de la casa: la calefacción del salón no funciona bien, solo hay un juego de sábanas (además, bastante rararararasss), no hay unas tristes tijeras (?) y, lo peor de todo... no hay tostadora! o me acostumbro a desayunar otra cosa (salchichas?) o me compro una. ¿Habrá mafias chinas por aquí donde comprar cosicas?