jueves, 3 de enero de 2013

De médicos en el año nuevo


Feliz año nuevo! Después de unos días en casa que me han sabido a poco y a gloria al mismo tiempo, volví el día 1 a mi segunda patria. Y como ya llevaba dos meses aquí y no quería decepcionar a mis fans, pues me ha tocado ir al médico. Aunque en esta ocasión era una minucia rutinaria, decidí aprovechar que estos días mi jefe no estaba en la oficina y podía ir al médico sin tener que andar contándole a qué hora venía, a qué hora salía o cuánto tiempo tardo en hacerme "la toga"…. porque nos ha pedido que cada vez que vengamos tarde o nos vayamos pronto o nos ausentemos se lo digamos, según él “sólo por saber” y según lo que le conozco “para cotillear y controlar”. Estoy de acuerdo en que hay que decir dónde estás y pedir permiso, pues son horas de oficina, pero si eso deriva en enterarse de lo que te sucede y meterse en tu privacidad, en eso ya discrepo!
Ayer mi compañera Sendi llamó a la clínica para pedir cita y les dijo que era para saber si los médicos hablaban inglés ya que la paciente no hablaba alemán, a lo que el luces de recepción contestó “no seas modesta mujer, si eres casi bilingüe…” En fin! Tras aclararle que la paciente era otra, le dijo que tenía que estar antes de las 8 de la mañana y pillar un número de turno hasta que me atendieran, que llevara un bocadillo y que probablemente me pasaría la mañana entera allí. Y luego dicen de la Seguridad Social Española (aunque tal y como van las cosas actualmente, poco podremos presumir en breve)

Así que madrugón al canto y para la clínica que me he ido esta mañana cayéndome de sueño por las esquinas. Y lo que me he acordado hoy de “te mandamos a Alemania que total, allí todo el mundo habla inglés”. Ya. Claro. Todo el mundo. Y los carteles. Y la tele. Y los formularios. Y los celadores ¿Verdad???
Empiezo por el señor de recepción, que se parecía un güevo a César Cadaval, el de los Morancos, y al que le he preguntado que si sabía hablar inglés lo primero, ya que yo "nein sprache deutsche". Me ha escudriñado, ha asentido con la cabeza vagamente para luego demudar su expresión cuando me he arrancado y le he dicho que venía a a ver a un médico y le he preguntado que dónde tenía que coger mi numerito. Me ha hecho repetírselo dos veces, al final a punto he estado de ponerme  a jugar a las películas (“Dos palabras, la primera, artículo, empieza por D”) y al final ha dicho “jaaaaaa” asintiendo con sonrisa de triunfo y me ha empezado a hablar en alemán señalando distintas direcciones en el edificio. Así nos hemos cambiado los papeles. Al final le he entendido que siguiera el pasillo y me pusiera a la cola, ya que la maquinita aún no estaba operativa. Y menuda cola! Y eso que Munich tiene solo 1,5 millones de habitantes!!! Cuando ya me ha tocado el turno, unas chicas muy amables que estaban detrás mío me han ido programando la máquina hasta la última pregunta, si iba por lo público o por lo privado, y al darle a “privat”, durante una milésima de segundo ha aparecido un “vaya usted a la sala….” Pi-pi-pi, pantalla apagada. Menuda máquina japuta, que es en plan “ah, asi que eres una pijaza que vienes por lo privado? Pues te jodes como Herodes y te buscas la vida. Vete a ver otra vez al de recepción”.

Cayus Pocus guía a Asterix por las doce pruebas
Así, acordándome de la oscarizada película “Asterix y las doce pruebas” (recomendadísisisisima) cuando van a la casa de la locura a pedir el formulario B-38, he ido de nuevo a ver al Sr. Cadaval…. Esta vez no ha esperado que hablase, ha llamado a gritos a un celador que pasaba y tras el “do you speak english?” me ha asentido con la cabeza, me ha escuchado la pregunta y me ha llevado al despacho del director. Again “do you speak english?” a una chica que parecía una residente del hospital por la bata y la juventud. Esta al menos ha sido sincera “pues no”. Y al final le he dicho “privaten” o algo asi y me ha mandado a la primera planta. Me faltaba Cayus Pocus, de verdad….

Al final me ha recogido una buena señora (todo sea dicho, en cuanto a amabilidad administrativa no tengo queja) que, tras ver el formulario que me habían dado para rellenar, se ha puesto conmigo a rehacer el formulario completo ya que había puesto el apellido en el nombre, la fecha de nacimiento en el lugar de residencia y ese tipo de cosas que una hace cuando no entiende el formulario (coño! En alemán!) y está harta de preguntar a todo el mundo bajando la vista “could you help me please? I don’t speak German”. Ha habido un momento en que nos hemos metido en espiral contándole cual de mis nombres era mi “vorname” porque claro, de nuevo el “Maria del” del principio no me ha ayudado a explicarle que mi “main” nombre es “Pilar” y no “mariadel” y que "mariadel" no era un apellido ni nombre de casada, como pretendía inscribirme la señora.  Al final me ha atendido una doctora muy maja y competente que me ha metido en una sala de consulta enoooorme y blanca donde, en vez de sentarte enfrente de ella en la mesa, tiene ésta de lado respecto a la pared y pegada, dejando al paciente sentarse en dos sillas solitarias que hay en medio de la sala para que le cuentes tus penurias. Reconozco que he estado escudriñando donde estaban los tubos de gas y si esa muerte sería lenta y dolorosa.
Y cual es el tratamiento entonces?

Después de la revisión y tratamiento, me han remitido a administración guiada por una enfermera de unos 60 años que no paraba de parlotear en Alemán - por su cara juraría que estaba quejándose de lo caros que están los tomaten y las kartoffel y que a dónde vamos a parar - yo solo le decía “ja, ja, ja” mientras asentía con la cabeza y me la he metido en el bolsillo. El chico que me ha hecho la factura no solo sabía inglés sino que le apetecía practicarlo y me ha preguntado casi hasta la copa de mi sujetador, si me apuras… Por fin he salido por la puerta dos horas después, de camino al trabajo para escribir este post.

PD: Post dedicado a MGG pa que no se preocupe tanto, y al resto también, gracias por las felices navidades que he pasado, os echo de menos a tutti.