viernes, 26 de abril de 2013

Campana y se acabó

Y llegó el término de los seis meses. Jamás pensé que el título que le di en octubre al blog fuera tan adecuado. Invierno de seis meses. Incluso hoy, finales de abril, están cayendo chuzos de punta y los abrigos de invierno siguen fuera del armario. Solo tuvimos un par de dias de sol como regalo la semana pasada.
Pero no, no me vuelvo encantada como pensaba hace un tiempo, no mucho, un mes. Pero lo cierto es que hay cosas y, sobretodo personas, que me gustaría llevarme en mi bolsillo, personas que incluso podrian haber hecho que intentara prolongar mi estancia si hubiera esa minima posibilidad.
Puedo empezar por mis compañeros de despacho, Markus y Tobias, dos excelentes alemanes que rompen todos los moldes y prejuicios que hay entorno a los idem y que no siempre son erróneos. Pero no, son cariñosos, siempre tienen una sonrisa o una broma en la boca, nunca me han dicho que no a ninguna de las estupidas ocasiones en que he tenido que pedirles ayuda por mi desconocimiento del alemán o de la empresa, y me tratan como a una reina. De alguna forma son parte del equipo pero somos un equipo de tres que no tenemos mucho que ver con los demás y que, además, hemos tenido la suerte de compartir los seis meses encerrados en un despacho. Echaré de menos las clases de Gerspanglish tan absolutamente absurdas e inútiles que me daban agujetas en el estómago de lo divertidas que eran. Ese despacho era mi remanso de paz en los dias de mucho trabajo y estrés o los días de morriña de la patria, y una fiesta los días que llegábamos todos tan contentos y felices que afortunadamente han sido la mayoria.
Otro de mis grandes pilares ha sido Gerburg, mi amiga tirolesa que habla español con acento chileno. Me llevó la semana pasada a su tierra para conocer a sus padres y sentirme viviendo el cuento de Heidi, pues sus padres tienen una casa en la ladera de una montaña en los Alpes, donde se ve toda la cordillera justo enfrente en todo su esplendor. También ella me ha ayudado mucho, con sus chistes y sus giros verbales, permitiéndome el desahogo cuando algo no iba del todo bien o cuando necesitaba ver si el problema era yo o la diferencia de formas de trabajar, viniendo todas las mañanas al despacho a saludar (nuestras conversaciones matutinas no han podido nunca reducirse a menos de media hora) o llevándome a comer con sus amigos chileno-sueco, argentino-polaco o india-alemana (hasta tiene un amigo de Priego, Cuenca, el pueblo donde tantos años fuí de campamento siendo una cría). Y es que Gerburg elige a los amigos más variados que puede porque es la persona más sociable que conozco y encima practica los cinco idiomas que sabe. Puedo decir que ha sido el resorte que me ha permitido integrarme tan bien en un entorno tan diferente al que conozco, haciéndome valorar todo lo bueno que ha sucedido y levantando el teléfono cada vez que necesitaba algo para montarle el pollo al funcionario borde de turno.
Gerburg y Anita han sido mi familia aquí, las personas a las que llamar en cualquier minuto para ir a comprar algo o simplemente compartir una cerveza o una sidra, o contar mis preocupaciones, vamos, las personas que han dejado un poco de lado la soledad de vivir en un pais extraño. Y a Anita, que desde que la conocí siempre ha estado ahí aunque tuviera 40 de fiebre, haciendo las veces de madre, hermana y amiga al tiempo, la que simplemente escucha sin criticar y propone una solución aunque no me entienda, y a quien echaré tanto de menos cuando me marche. Hasta me siento culpable por irme y dejarla aquí teniendo que hacer nuevos amigos y gente con la que encajar. Pero afortunadamente queda en buenas manos, porque Stefan, un bonachón cariñoso que te cuenta cualquier cuento sobre Baviera o su historia sin que apenas repares en lo muy culto y sabio que es, siempre está pendiente de nosotras. El solo hecho de saber que aquí se quedan y que no me los puedo llevar de vuelta a Madrid, a mi vida, a mi rutina, hace que se me encoja el corazón y me de cuenta de que algo ha cambiado.
Y eso es lo mejor que me llevo en la mochila, estas maravillosas personas y la experiencia de saber lo bonito que ha sido ver cómo uno puede hacer "familia" incluso cuando sales de tu zona de comfort, cuando tu gente se ha acostumbrado mucho a que no estés con ellos, cuando lo tuyo parece parte del pasado y cuando te preguntas si encajarás o no.  Curioso ver que mi sentimiento al dejar Madrid se repite al dejar Munich a la inversa.
Aunque pocos de ellos puedan leer o entender este blog (seguramente ninguno lo lea) mi homenaje desde aqui a estas personas tan maravillosas.
Hasta el próximo blog. Mua.

jueves, 21 de marzo de 2013

Openminded


He intentado absorver todo lo bueno que hay en Munich durante este tiempo, y sacar ventajas de las cosas malas. Que el super está a tomar por saco de casa... pues me cogia la bicicleta. Que se ponia a nevar.... pues me compraba ropa de esqui e intentaba aprender. Que aqui no hay tanta variedad de sitios para tomar una cerveza como en Madrid.... pues iba al mismo. Que no tengo aqui a mis amigos y familia... pues me apuntaba a los planes que salian hasta hacer mi pequeño grupejo de portugueses, austriacos, alemanes y españoles. Lo que viene siendo, adaptarse y tratar de no pensar que lo tuyo es lo mejor (aunque dada la actual situación de mi pais, tampoco creo que ahora mismo haya muchos que lo piensen).
Pero con lo que no puedo es con la prepotencia alemana. Por ejemplo, los italianos. Tienen más cara que espalda, pero porque irradian seguridad en si mismos, lo que viene a decir que no tienen ni un solo complejo. Y ello a pesar de que no siempre sea verdad aquello de lo que presumen (ejemplo, jamón de Parma, en fins, que donde esté el ibérico de bellota, objetivamente....) pero se lo creen y lo venden! Y ello sin hacerse sentir inferior a los demás, sin menospreciar otras culturas pero integrándose en ellas - Sabe alguien de un pais en el mundo que no tenga un restaurante italiano, eh? -. Al final nos caen bien y nos parecen hasta graciosos (aunque se llevan con esa picaresca a las mujeres, creando la envidia de los españoles, ya lo sé) . Pero los germanuncios paletoncios, que de esos hay en todas partes, nada. Y hablo de gente que ve las noticias y que supuestamente viajan, no de gente que no ha tenido oportunidad de ver más allá de sus narices. Estos están convencidos de ser los AMOS, de que lo que le ha pasado a Chipre "bien merecido se lo tienen", que ningún otro pais en Europa merece su respeto porque todos les estamos robando echándonos la siesta debajo de una palmera, y que España es una república bananera.
Vale, eso es "generalizar". Y a ese punto voy. Aqui tengo compañeros la mar de majos, a quienes les encanta oirme hablar castellano y me han pedido enseñarles palabras y frases de lo más variopinto, que me preguntan con interés cómo se hacen las cosas allá y que si nosotros también hacemos esto o aquello, que se aprenden los nombres de la comida y hasta saben quién es Paco de Lucía. Que intentan sacar lo poquito que saben de español y que cada mañana me dicen "hola caracola" o "hasta luego manchego" todo orgullosos.
Pero el que es alemanoncio de pura cepa.... tela. Unos no te hablan (no mereces ni que te miren, y eso que ellos no te hablan, entre otras cosas, porque ni inglés saben hablar, asi que no sé a qué viene tanta superioridad, que al menos hablo dos idiomas y tu no, shattaaaa); otros te hablan demasiado ("Pilar, en tu pais las leyes son del año del caldo, no? tuvisteis un dictador llamado Franco que las aprobó todas, verdad? Y claro, no hay dinero para cambiarlas" y, la mejor: "España es un pais corrupto, no?") y otros lo unico que hacen es gesticular y reirse como si de un patio de colegio se tratara mientras cuentas que los abogados de tu pais suelen llevar traje y corbata por respeto a los tribunales y clientes.
De estos tres tipos también tengo en mi oficina. Afortunadamente no voy a caer en la generalización y me voy a quedar con que también existen los primeros, los que saben estar, los que quieren aprender, los que saben que no viven en un país sino en un continente y un globo terraqueo, donde hay más gente que ellos y de cuyas economias, como se ha podido comprobar esta semana, también depende la supuestamente todopoderosa Ángela Merkel. Y de ellos aprendo para cuando vuelva y piense "ya me ha vuelto a contestar una panchita la reclamación que he puesto" o "a este morito se la cuelo y le compro la pulserita más baratita".


lunes, 4 de febrero de 2013

Con retraso

Reconozco que he abandonado el blog deliberadamente. Intuyo que el hecho de que lleve aquí (hoy) ya hace tres meses algo tiene que ver. A diferencia de mi blog tailandés, donde cada día era una experiencia y una aventura nueva, resulta que aquí, me he hecho mi propia "rutina alemana". Imagino que es normal, ya no me suceden tantas anécdotas o si me suceden ni me doy cuenta por haberlas integrado en mi concepto de la normalidad, que habrá que ver si a mi vuelta a España lo que me parecerá raro es lo contrario y tenga que empezar a escribir un blog diciendo "pues los madrileños tienen que pasar por el torno en el metro, joquéfuerte" o "por qué no ponen los nombres en los telefonillos como las personas normales!"
Por otro lado tengo la típica excusa de que el trabajo me ha comido el tiempo, hasta el punto de ir de casa al trabajo, del trabajo a casa y solo tener contacto fuera del trabajo vía Skype; un día llegué a acostarme a las 9, poco más y me doy un biberón, qué coño es esto! Si es que tampoco ayudan las tormentas de nieve, quién me mandaría a mi venir a tragarme el invierno centroeuropeo! Yo lo que quiero es ir de Biergartens.
Chaquetilla por los hombros y p'alante
En estas semanas he tenido la visita de mis padres, que estuvieron a menos trece grados los pobricos. Conseguí a base de insistencia, que mi padre se pusiera un gorro y no abriera la ventana para dormir, como tiene por costumbre. Como dicen mis hermanas, luego dice que "estoy pichís", y se preguntará por qué... No hay más que ver su atuendo rascando hielos. Mi madre se cubrió un poco mejor.


Frio a mi?
Cogimos un coche y estuvimos en Füssen (donde el famoso castillo de Neuschwanstein, el de Disney, o mas bien, el del Rey Loco), que estuvo soleado y nevado, muy bonito! Al día siguiente fuimos a Nüremberg y Rothenburg ob der Tauber (dos de los sitios medievales más bonitos de Baviera) y finalmente fuimos a Salzburgo, que le hacía ilusión a mi padre. La verdad es que fueron unos días agradables, a pesar del frío que pasamos.
En el trabajo ando más a gusto, empiezo a entender palabrejas y frases en Alemán, aunque ello no me ha dado las ganas de aprenderlo, demasiado tiempo y demasiado difícil. También han empezado a confiar en mi y he empezado a llevar temas sola, aunque he tenido que pedirlo porque había cierta desconfianza. Imagino que en parte tienen razón pero, si tengo una persona encargándose de mis temas, le habré salido a la empresa muy cara, y se supone que he venido a aprender nuevas formas de trabajar y de hacer lo que ya venía haciendo. Sin embargo mi carácter español choca con el carácter alemán de las personas con las que tengo que trabajar en la elaboración de los contratos. Por supuesto, de forma totalmente subjetiva, a mi me parece mejor ser un poco arrojado y asumir riesgos sin milimetrar cada euro que se pueda perder, creo que es una máxima de cualquier empresa la de que "quien no arriesga no gana". Pero aquí me piden informes de riesgos que son imposibles de adivinar (Quien puede meterse en la cabeza de un juez y mucho menos de uno alemán?) y al final me doy cuenta de que la respuesta más habitual es "NO". Es decir, si no se conoce el riesgo, pues NO. Me cuesta creer que ese sea el secreto de que la economía alemana vaya considerablemente mejor que la española....
Afortunadamente mi compi me está dando clases de alemán, empezando por ir al supermercado, para comprar pollos y manzanas. Aunque para mi es imposible la pronunciación de las otras 3 vocales adicionales que tienen, vamos que me he enterado que llevo llamando a mi compañera Christine mal desde que la conocí... Afortunadamente todos han tenido a bien aprender algo de español (aquí están enamorados de nuestro país y de nuestra cultura, y si no que se lo digan a mi amigo Kai que está en Madrid "usurpando" mi lugar) aunque, por alguna razón, todo tiene que ver con la comida o con los tacos, claro.

jueves, 3 de enero de 2013

De médicos en el año nuevo


Feliz año nuevo! Después de unos días en casa que me han sabido a poco y a gloria al mismo tiempo, volví el día 1 a mi segunda patria. Y como ya llevaba dos meses aquí y no quería decepcionar a mis fans, pues me ha tocado ir al médico. Aunque en esta ocasión era una minucia rutinaria, decidí aprovechar que estos días mi jefe no estaba en la oficina y podía ir al médico sin tener que andar contándole a qué hora venía, a qué hora salía o cuánto tiempo tardo en hacerme "la toga"…. porque nos ha pedido que cada vez que vengamos tarde o nos vayamos pronto o nos ausentemos se lo digamos, según él “sólo por saber” y según lo que le conozco “para cotillear y controlar”. Estoy de acuerdo en que hay que decir dónde estás y pedir permiso, pues son horas de oficina, pero si eso deriva en enterarse de lo que te sucede y meterse en tu privacidad, en eso ya discrepo!
Ayer mi compañera Sendi llamó a la clínica para pedir cita y les dijo que era para saber si los médicos hablaban inglés ya que la paciente no hablaba alemán, a lo que el luces de recepción contestó “no seas modesta mujer, si eres casi bilingüe…” En fin! Tras aclararle que la paciente era otra, le dijo que tenía que estar antes de las 8 de la mañana y pillar un número de turno hasta que me atendieran, que llevara un bocadillo y que probablemente me pasaría la mañana entera allí. Y luego dicen de la Seguridad Social Española (aunque tal y como van las cosas actualmente, poco podremos presumir en breve)

Así que madrugón al canto y para la clínica que me he ido esta mañana cayéndome de sueño por las esquinas. Y lo que me he acordado hoy de “te mandamos a Alemania que total, allí todo el mundo habla inglés”. Ya. Claro. Todo el mundo. Y los carteles. Y la tele. Y los formularios. Y los celadores ¿Verdad???
Empiezo por el señor de recepción, que se parecía un güevo a César Cadaval, el de los Morancos, y al que le he preguntado que si sabía hablar inglés lo primero, ya que yo "nein sprache deutsche". Me ha escudriñado, ha asentido con la cabeza vagamente para luego demudar su expresión cuando me he arrancado y le he dicho que venía a a ver a un médico y le he preguntado que dónde tenía que coger mi numerito. Me ha hecho repetírselo dos veces, al final a punto he estado de ponerme  a jugar a las películas (“Dos palabras, la primera, artículo, empieza por D”) y al final ha dicho “jaaaaaa” asintiendo con sonrisa de triunfo y me ha empezado a hablar en alemán señalando distintas direcciones en el edificio. Así nos hemos cambiado los papeles. Al final le he entendido que siguiera el pasillo y me pusiera a la cola, ya que la maquinita aún no estaba operativa. Y menuda cola! Y eso que Munich tiene solo 1,5 millones de habitantes!!! Cuando ya me ha tocado el turno, unas chicas muy amables que estaban detrás mío me han ido programando la máquina hasta la última pregunta, si iba por lo público o por lo privado, y al darle a “privat”, durante una milésima de segundo ha aparecido un “vaya usted a la sala….” Pi-pi-pi, pantalla apagada. Menuda máquina japuta, que es en plan “ah, asi que eres una pijaza que vienes por lo privado? Pues te jodes como Herodes y te buscas la vida. Vete a ver otra vez al de recepción”.

Cayus Pocus guía a Asterix por las doce pruebas
Así, acordándome de la oscarizada película “Asterix y las doce pruebas” (recomendadísisisisima) cuando van a la casa de la locura a pedir el formulario B-38, he ido de nuevo a ver al Sr. Cadaval…. Esta vez no ha esperado que hablase, ha llamado a gritos a un celador que pasaba y tras el “do you speak english?” me ha asentido con la cabeza, me ha escuchado la pregunta y me ha llevado al despacho del director. Again “do you speak english?” a una chica que parecía una residente del hospital por la bata y la juventud. Esta al menos ha sido sincera “pues no”. Y al final le he dicho “privaten” o algo asi y me ha mandado a la primera planta. Me faltaba Cayus Pocus, de verdad….

Al final me ha recogido una buena señora (todo sea dicho, en cuanto a amabilidad administrativa no tengo queja) que, tras ver el formulario que me habían dado para rellenar, se ha puesto conmigo a rehacer el formulario completo ya que había puesto el apellido en el nombre, la fecha de nacimiento en el lugar de residencia y ese tipo de cosas que una hace cuando no entiende el formulario (coño! En alemán!) y está harta de preguntar a todo el mundo bajando la vista “could you help me please? I don’t speak German”. Ha habido un momento en que nos hemos metido en espiral contándole cual de mis nombres era mi “vorname” porque claro, de nuevo el “Maria del” del principio no me ha ayudado a explicarle que mi “main” nombre es “Pilar” y no “mariadel” y que "mariadel" no era un apellido ni nombre de casada, como pretendía inscribirme la señora.  Al final me ha atendido una doctora muy maja y competente que me ha metido en una sala de consulta enoooorme y blanca donde, en vez de sentarte enfrente de ella en la mesa, tiene ésta de lado respecto a la pared y pegada, dejando al paciente sentarse en dos sillas solitarias que hay en medio de la sala para que le cuentes tus penurias. Reconozco que he estado escudriñando donde estaban los tubos de gas y si esa muerte sería lenta y dolorosa.
Y cual es el tratamiento entonces?

Después de la revisión y tratamiento, me han remitido a administración guiada por una enfermera de unos 60 años que no paraba de parlotear en Alemán - por su cara juraría que estaba quejándose de lo caros que están los tomaten y las kartoffel y que a dónde vamos a parar - yo solo le decía “ja, ja, ja” mientras asentía con la cabeza y me la he metido en el bolsillo. El chico que me ha hecho la factura no solo sabía inglés sino que le apetecía practicarlo y me ha preguntado casi hasta la copa de mi sujetador, si me apuras… Por fin he salido por la puerta dos horas después, de camino al trabajo para escribir este post.

PD: Post dedicado a MGG pa que no se preocupe tanto, y al resto también, gracias por las felices navidades que he pasado, os echo de menos a tutti.