lunes, 4 de febrero de 2013

Con retraso

Reconozco que he abandonado el blog deliberadamente. Intuyo que el hecho de que lleve aquí (hoy) ya hace tres meses algo tiene que ver. A diferencia de mi blog tailandés, donde cada día era una experiencia y una aventura nueva, resulta que aquí, me he hecho mi propia "rutina alemana". Imagino que es normal, ya no me suceden tantas anécdotas o si me suceden ni me doy cuenta por haberlas integrado en mi concepto de la normalidad, que habrá que ver si a mi vuelta a España lo que me parecerá raro es lo contrario y tenga que empezar a escribir un blog diciendo "pues los madrileños tienen que pasar por el torno en el metro, joquéfuerte" o "por qué no ponen los nombres en los telefonillos como las personas normales!"
Por otro lado tengo la típica excusa de que el trabajo me ha comido el tiempo, hasta el punto de ir de casa al trabajo, del trabajo a casa y solo tener contacto fuera del trabajo vía Skype; un día llegué a acostarme a las 9, poco más y me doy un biberón, qué coño es esto! Si es que tampoco ayudan las tormentas de nieve, quién me mandaría a mi venir a tragarme el invierno centroeuropeo! Yo lo que quiero es ir de Biergartens.
Chaquetilla por los hombros y p'alante
En estas semanas he tenido la visita de mis padres, que estuvieron a menos trece grados los pobricos. Conseguí a base de insistencia, que mi padre se pusiera un gorro y no abriera la ventana para dormir, como tiene por costumbre. Como dicen mis hermanas, luego dice que "estoy pichís", y se preguntará por qué... No hay más que ver su atuendo rascando hielos. Mi madre se cubrió un poco mejor.


Frio a mi?
Cogimos un coche y estuvimos en Füssen (donde el famoso castillo de Neuschwanstein, el de Disney, o mas bien, el del Rey Loco), que estuvo soleado y nevado, muy bonito! Al día siguiente fuimos a Nüremberg y Rothenburg ob der Tauber (dos de los sitios medievales más bonitos de Baviera) y finalmente fuimos a Salzburgo, que le hacía ilusión a mi padre. La verdad es que fueron unos días agradables, a pesar del frío que pasamos.
En el trabajo ando más a gusto, empiezo a entender palabrejas y frases en Alemán, aunque ello no me ha dado las ganas de aprenderlo, demasiado tiempo y demasiado difícil. También han empezado a confiar en mi y he empezado a llevar temas sola, aunque he tenido que pedirlo porque había cierta desconfianza. Imagino que en parte tienen razón pero, si tengo una persona encargándose de mis temas, le habré salido a la empresa muy cara, y se supone que he venido a aprender nuevas formas de trabajar y de hacer lo que ya venía haciendo. Sin embargo mi carácter español choca con el carácter alemán de las personas con las que tengo que trabajar en la elaboración de los contratos. Por supuesto, de forma totalmente subjetiva, a mi me parece mejor ser un poco arrojado y asumir riesgos sin milimetrar cada euro que se pueda perder, creo que es una máxima de cualquier empresa la de que "quien no arriesga no gana". Pero aquí me piden informes de riesgos que son imposibles de adivinar (Quien puede meterse en la cabeza de un juez y mucho menos de uno alemán?) y al final me doy cuenta de que la respuesta más habitual es "NO". Es decir, si no se conoce el riesgo, pues NO. Me cuesta creer que ese sea el secreto de que la economía alemana vaya considerablemente mejor que la española....
Afortunadamente mi compi me está dando clases de alemán, empezando por ir al supermercado, para comprar pollos y manzanas. Aunque para mi es imposible la pronunciación de las otras 3 vocales adicionales que tienen, vamos que me he enterado que llevo llamando a mi compañera Christine mal desde que la conocí... Afortunadamente todos han tenido a bien aprender algo de español (aquí están enamorados de nuestro país y de nuestra cultura, y si no que se lo digan a mi amigo Kai que está en Madrid "usurpando" mi lugar) aunque, por alguna razón, todo tiene que ver con la comida o con los tacos, claro.

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